QUÍTATE LA ROPA
Siempre me he considerado una mujer muy formal y responsable. En todos los trabajos en los que he estado he brillado por mi lealtad y mi competencia. Soy cajera en una cadena comercial, y desde que comienzo hasta que termino me dedico a cobrar a los clientes y procurar que ninguno se vaya sin pagar. Hace unos días, sin ir más lejos, tuve que demostrar una vez más mi capacidad de trabajo y seriedad.
Acabábamos de abrir cuando un chico se me acercó tímidamente y me dijo:
–Señorita… desearía una caja de preservativos.
Yo, haciéndome la experta, le aconsejé varias marcas.
–Pues mira, los tenemos de colores, de sabores a fresa, vainilla, chocolate…estos son anatómicos, también los hay de latex y para los alérgicos de poliuretano…
El pobre chico no sabía hacia dónde mirar ni qué decir. Se le notaba cohibido y con ganas de salir corriendo. Tartamudeaba y miraba a los lados inquieto y las explicaciones que yo le ofrecía con tanto esmero creo que ni siquiera llegó a oírlas.
–Me da igual, yo solo quiero unos preservativos de los más normales.
–Vale, entonces llévate estos que son una marca muy buena, son finitos y los que mejor se venden.
El chico se decidió por los últimos que le había mostrado so pretexto de que servían todos. Acto seguido me acerqué a la caja para cobrarle su compra y, tras pagar y guardarse secretamente su apreciada adquisición, se dispuso a salir del establecimiento.
Todavía no me había despedido de él cuando sonó la alarma. Mi compañera y yo nos quedamos mirando al chico y éste, encogiéndose de hombros dijo:
–Os aseguro que no he comprado nada más.
–Pues lo siento, pero tendrás que quitarte la chaqueta –dije un poco incómoda.
– ¿Cómo dice?
–Que tendrás que quitarte la chaqueta. Lo siento mucho pero suena la alarma y yo soy la cajera, así que es mi responsabilidad saber por qué pita este chisme.
El pobre chico, más rojo que un tomate, se quitó la chaqueta y la depositó en el mostrador. Se dispuso a pasar por la caja y… la alarma sonó de nuevo.
Mi compañera y yo nos miramos, sorprendidas, y yo le dije al muchacho:
–Lo siento, pero tendrás que quitarte la camisa.
El chico obedeció y se quedó desnudo de cintura para arriba. He de reconocer que tenía unos pectorales que quitaban el sentido; un chico de veinte años, atleta, rubio, guapo a rabiar, y casi desnudo… delante de dos mujeres que ya tenían más de treinta años. Todavía tengo grabada su tableta de chocolate en mi cerebro. Volvió a pasar y…pi,pi,pi.
–Ah no, los pantalones no me los quito. Si quieres, llévame a una sala y allí me despeloto, pero aquí, delante de tanta gente… ni hablar.
–Está bien, mi compañera y yo te acompañaremos y veremos qué pasa.
En aquel momento llegó la encargada de personal acompañada de otro señor. Cuando le explicamos lo ocurrido nos miró con cara de asombro y luego se dirigió al muchacho.
–No pasa nada, chiquillo, puedes vestirte. Por cierto, la compra es un detalle de la casa. Haz el favor de devolverle el dinero, Conchi.
Mi compañera y yo nos miramos sin comprender lo que estaba pasando. Luego, la encargada se dirigió a hombre y le dijo:
–Esta es la caja que está estropeada. Cuando quieras le echas un vistazo a los sensores a ver si se pueden reparar. En caso contrario será necesario que les pongas unos nuevos.
Luego, dirigiéndose a nosotros, nos dijo que ya hablaríamos cuando llegase la hora de cerrar. Mi compañera y yo nos miramos fijamente sin pronunciar palabra. Esperamos a que se fuese y estallamos en una sonora carcajada. Sabíamos que nos esperaba una buena regañina pero… había merecido la pena.
4 comentarios:
Jajajajaa, ainss que sería de la vida sin esos momentos ..me ha encantado descubrirte a través de la dulce Darilea,un placer leerte.
Besos dulces..
Gracias Su por pasarte.
En cuanto a la dulce Darilea... no tengo ni idea de quien es.
Yo conozco a una Darilea pero... de dulce tiene poco, la joia, jajajaja... es un BICHOOOOOO.
Me pasé por tu blog, es una monería. Ya te visitaré más a menudo.
Un beso crujiente
Conchi, muchas gracias por tus letras ajaja y por lo de bicho no te preocupes que tengo el fli preparado.
He de pedirte disculpas, pero no he podido entrar estos días, no te tengo en el olvido, tengo que terminar lo que empezamos, espero mañana estar por la tarde hago la rehabilitación por la mañana.
Besitos mi niña jejej ñiññiiiiiii
es el bicho despidiendose de ti jaajaja. Muackkkkkkkkkk
¿El fli está preparado para mi ?
Lo que yo digo... ¡¡¡ Que eres un bichooooooooo !!! ja,ja,ja.
Mil besitos crujientes, chiquilla.
Y muchas gracias por tu paciencia.
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